Unidad 2: La nueva era industrial
La Revolución Industrial, en particular, como el mismo crecimiento económico, en general, son procesos imposibles de comprender atendiendo tan solo a las variables económicas. La demografía y la sociedad, la política y las instituciones, incluso las mentalidades, deben tenerse en cuenta si se quiere comprender lo que de verdad fue la Revolución Industrial.
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Luis E. Íñigo Fernández, Breve historia de la Revolución Industrial
1. Factores propulsores de la industrialización
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1.1 Revolución agrícola.
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Ya estudiamos algo sobre este punto en el tema anterior: Inglaterra invirtió buena parte de sus ganancias del comercio colonial en el desarrollo interno del país. Esto provocó una tecnificación del campo que trajo una reacción en cadena: mayor producción de alimentos, disminución del hambre, aumento de la población, aumento de la mano de obra y del número de consumidores. Este proceso, como es lógico, se retroalimentaba.
Se dieron tres innovaciones fundamentales:
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1) Reducción del número de barbechos: hay cultivos que agotan los nutrientes de la tierra, como los cereales, de manera que, tras la cosecha, hay que dejar descansar a esa tierra durante un año para que recupere esos nutrientes. Sin embargo, hay otros cultivos que ayudan a la tierra a fijar esos nutrientes, como las plantas forrajeras. Alternando en una misma tierra la siembra de estos dos tipos de cultivos (un año cereales y al siguiente forrajeras) no había necesidad de dejar la tierra en barbecho, por lo que su aprovechamiento era mucho mayor. Este método recibe el nombre de Sistema Norfolk, por el lugar de Inglaterra donde comenzó a practicarse.
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2) Mecanización del campo: aparecen nuevas máquinas que maximizan la producción, como la sembradora de Jehtro Tull, que vimos en el tema anterior. Se generalizan los cultivos que vienen de América (patata, maíz, tomate...) y el uso de fertilizantes.
3) Enclosures (cercamientos): Hasta el siglo XVIII existía una gran cantidad de tierras comunales en Inglaterra. Se trataba de tierras que pertenecían a un pueblo entero y que eran explotadas entre todos, pero esto cambia radicalmente. La burguesía rural compra estas tierras a la corona o a la nobleza y las cerca. La propiedad privada se establece en el campo y los nuevos propietarios piensan en producir muchos alimentos para venderlos y obtener beneficios, y no para sobrevivir.
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1.2) Demografía:
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De todo lo anterior se deduce que hay un crecimiento de la población. Ocurre en toda Europa y en especial en Inglaterra, como vamos a ver.
La tasa de mortalidad se reduce, como consecuencia de un mayor acceso a los alimentos, mejor higiene y medicina. Es necesario destacar la generalización del uso del jabón y la invención de la vacuna contra la viruela de Edward Jenner en 1796.
La natalidad aumentó al principio del siglo por la mejora de la situación económica, aunque volvió a disminuir en la segunda mitad, pues al no morir tantos niños, las familias tenían menos. En las ciudades, la gente empieza a pensar que no es necesario tener familias numerosas.
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1.3) Las nuevas fuentes de energía
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Las primeras máquinas industriales funcionaban a base de energía hidráulica, pero, en 1769 James Watt y su amigo Mathew Boulton patentaron la máquina de vapor, que producía energía a partir de la combustión de carbón. Fue un invento revolucionario, pues se podía aplicar a máquinas muy distintas imprimiendo mucha más energía que las antiguas fuentes. La locomotora o el barco de vapor son, quizás, los ejemplos más conocidos.
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1.4) Los transportes
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El aumento de producción tanto agrícola como industrial hizo que en Inglaterra se buscasen vías para abastecer a las ciudades más rápido y mejor. Se mejoraron los caminos y se construyeron canales para transportar bienes navegando.
Por otra parte, la gran revolución del transporte la trajo el ferrocarril, que podía transportar mucha carga a grandes distancias y a una velocidad nunca vista hasta la fecha. Además, también servía para el transporte de personas. La locomotora, patentada por Stephenson en 1829, funcionaba con una máquina de vapor. Inglaterra y luego Europa entera se llenaron de vías de tren.
Con el mismo mecanismo funcionaban los nuevos barcos, más rápidos que los de vela.
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1.5) La economía capitalista
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Estos avances y novedades propiciaron que se comenzase a producir en grandes cantidades cualquier tipo de bien. El capitalismo (un empresario posee unos medios de producción propios y trata de producir la mayor cantidad posible de un producto con el mínimo coste, con el fin de obtener el máximo beneficio) se generalizó.
La locomotora de vapor, inventada por Stephenson en 1821, revolucionó el mundo del transporte para siempre, haciéndolo mucho más rápido y capaz de llegar más lejos que cualquier otro medio terrestre utilizado hasta la fecha.
El "Temerario" remolcado a dique seco, William Turner, 1839. El "Temerario" había sido el buque insignia de la armada inglesa. Solo unos años antes, en la batalla de Trafalgar (1805), había causado estragos en las armadas combinadas de España y Francia, pero ahora, superado por los nuevos barcos de vapor, es remolcado a dique seco, precisamente por uno de estos nuevos barcos. Su hora ya pasó.
2. Los nuevos tipos de industria
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2.1 La mecanización y el sistema fabril.
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Las nuevas fuentes de energía, sobre todo el carbón que se aplica a la máquina de vapor, como ya hemos visto, propicia la aparición de nuevas máquinas. Esta revolución tecnológica propicia que el trabajo que una persona tardaba mucho tiempo en hacer, ahora lo haga una máquina en mucho menos tiempo. con mejor calidad y sin coste humano. Una máquina puede trabajar día y noche, no recibe salario, no enferma ni se cansa y puede ser fácilmente reemplazable. Al producirse más con menos gasto, el precio del producto baja y la venta se hace masiva. Con esto apareció el fantasma del paro, pues un obrero que pueda manejar una sola máquina hacía el trabajo de seis personas a finales del siglo XVIII. Por esta razón, los primeros movimientos obreros de protesta tenían por objeto la destrucción de máquinas (movimiento ludita o ludismo).
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Los lugares donde se comenzó a trabajar con máquinas fueron las grandes fábricas, que reunían a decenas de obreros. Esta nueva forma de producción recibe el nombre de sistema fabril. El sistema doméstico cede paso a este y comienza la producción en serie. El pequeño taller del artesano que pertenecía a un gremio casi desaparece. Solo se mantienen aquellos que son muy especializados o que fabrican productos de lujo (joyería, muebles de madera fina, tapices, instrumentos musicales, etc.)
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2.2) La industria algodonera
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El sector textil fue el primero en volverse fabril, pues la ropa es un producto de primera necesidad. El algodón llegó a Europa desde la India, principalmente a través de comerciantes ingleses. Al ser un tejido cómodo y barato, se volvió muy popular. La demanda creció enormemente.
Los fabricantes de algodón, para satisfacer esa demanda, introdujeron nuevas invenciones en las máquinas de tejer: lanzadera volante, Spinning Jenny o la Mule Jenny, que fue el primer telar mecánico que incorporaba la célebre máquina de vapor, aumentando la producción de tejidos exponencialmente.
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2.3) Metalurgia y siderurgia
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La metalurgia comprende los procesos de extracción y transformación de cualquier tipo de metal.
La siderurgia es una rama de la metalurgia que comprende, concretamente, los procesos de extracción y transformación de hierro (el metal más utilizado del mundo) y del acero (aleación de hierro y carbono)
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La siderurgia experimentó un notable avance con la incorporación del carbón de coque, de origen mineral, con mucho más poder calorífico que el carbón de origen vegetal.
Por otro lado Henry Bessemer patentó un convertidor de hierro en acero, para fabricar este en serie. Hemos visto antes que Stephenson inventa la locomotora en 1829. Este invento propicia que Europa se llene de vías de tren, con lo cual la producción de acero se multiplica.
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2.4) La minería
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La extracción de la principal fuente de energía de la Primera Revolución Industrial es el carbón, y uno de los minerales más empleados el hierro, por lo que se abren minas en muchos lugares y las que existen se hacen más profundas para extraer más material. Se construyen galerías surcadas por raíles en el interior de estas minas para acelerar y maximizar la extracción
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2.5) Expansión de la industrialización
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El primer país industrial fue Inglaterra, pero, viendo su éxito, el resto de países quisieron imitar su modelo.
El segundo país industrializado de Europa fue Bélgica, con reservas abundantes de carbón, seguido de Alemania, que desarrolló una gran zona industrial en la cuenca de Ruhr, rica en carbón y hierro, y que, a día de hoy, sigue siendo la zona industrial más potente de Europa.
En Italia, Francia y España el desarrollo industrial tardó más en darse, en parte debido a la escasez de materias primas y con grandes desequilibrios regionales: en algunas zonas la economía seguía siendo fundamentalmente agraria, mientras que en otras se transformó en industrial.
En Europa oriental, donde el Antiguo Régimen estaba más arraigado, la industria se asentó también lentamente, aunque Rusia experimentaría un fuerte crecimiento a principios del siglo XX, cuando quiso ponerse a la altura de las grandes potencias en material militar.
Fuera de Europa, Estados Unidos también alcanzó una fuerte industrialización debido a la riqueza mineral de su extensísimo territorio y al espíritu emprendedor de sus gentes. Japón, que tuvo su propia revolución política, el Japón Meiji, se industrializó muy rápidamente.
Telar de la época. Con las nuevas máquinas, hacen falta menos trabajadores mientras que la producción aumenta
La industria siderúrgica primitiva. Bessemer inventó un convertidor de hierro en acero, mediante su aleación con carbono
La revolución industrial también trajo la explotación laboral. Mujeres y niños trabajando en la mina en extenuantes jornadas de alrededor de 12 horas
Expansión de la Revolución Industrial en Europa
3. El capitalismo
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El paso a la sociedad industrial supuso el tránsito del pequeño taller artesano a las grandes fábricas. Los gremios no podían controlar este nuevo sistema de producción tan grande y la mayoría acabaron desapareciendo. Ahora bien, para poner en marcha estas grandes fábricas con sus grandes máquinas hacía falta dinero. Este se obtenía por dos vías:
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Los bancos: otorgan créditos a las empresas que creen que van a obtener beneficios.
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Las sociedades por acciones: varios socios se unen y aportan el capital necesario para montar una empresa.
En esta forma de funcionar influyeron poderosamente las teorías liberales de Adam Smith sobre la no intervención del estado en la economía: los nuevos empresarios querían ser libres para fundar empresas o invertir su dinero donde quisieran, ya fuera en empresas de su país o de otros, sin más preocupación que el beneficio económico propio. Estos hombres de negocios se alejaban ya del mercantilismo proteccionista del siglo XVII.
Aquí puedes ver al ex-presidente de EEUU, Donald Trump, hablando de su doctrina económica, ¿es proteccionista o liberal?
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Las grandes empresas se suelen constituir en forma de sociedades por acciones. Un grupo de inversores se juntan y acuerdan formar la empresa. Este grupo se conoce como Asamblea General de Accionistas, o, simplemente, los accionistas. Estos deciden aportar capital, que puede ser en forma de dinero, de locales donde instalar la empresa, de máquinas, de materias primas, etc. Además, eligen un Consejo de administración, que son los que dirigen la empresa. Los miembros de este consejo contratan a los trabajadores y les pagan un salario. Estos, a cambio, realizan un trabajo cuyo producto se queda la empresa, que lo vende en el mercado obteniendo beneficios. Al final del ejercicio económico (normalmente, un año) los beneficios se reparten o se reinvierten.
4. La sociedad urbana: burgueses y obreros
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4.1) Urbanización:
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El modelo habitacional de la población europea cambió por completo con la Revolución Industrial: la mecanización del campo trajo paro al ámbito rural, y muchos ex campesinos emigraron a la ciudad en busca de trabajo en las nuevas fábricas. En Inglaterra, a finales del XIX, el 78% de la población ya vivía en las ciudades.
Con este aumento de población urbana, las ciudades cambiaron su fisonomía: la burguesía se asentó en barrios nuevos, con amplias viviendas y avenidas. Las nuevas clases medias son los habitantes de los ensanches. Son barrios con buenos servicios: bancos, comercios, zonas verdes, etc. La clase obrera, por su parte, se asentó en barrios con viviendas de baja calidad que se construían cerca de las fábricas. Muchas de estas calles no estaban asfaltadas, ni disponían de recogida de basuras ni agua corriente o alcantirallado.
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Barrio obrero en Inglaterra. Estaban situados cerca de las fábricas y no estaban dotados de agua corriente ni recogida de basuras
Ensanche de Barcelona, obra del urbanista Ildefonso Cerdá. Haz click aquí para ver el plano original, y aquí para ver su tumba.
4.2 La sociedad industrial: de la sociedad estamental a la sociedad de clases
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La Revolución Industrial fue un proceso de cambio tan grande que se puede comparar con la Revolución Neolítica. En menos de un siglo se pasó, en ciertas áreas de Europa, de un panorama en el que la nobleza terrateniente era la clase dominante, con sus derechos señoriales centenarios, sus enormes fincas y sus decenas de siervos, a otro muy distinto, centrado en las ciudades, en las grandes fábricas y en la producción en masa, con una nueva clase dominante, la alta burguesía empresarial, y grandes masas de obreros, que fueron campesinos en su día y emigraron ante la falta de trabajo en la agricultura, y que ahora viven apretujados en barrios insalubres cerca de las fábricas.
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Aparte de burguesía y clase obrera (o proletariado) aparece una clase media ligada a profesiones liberales (abogados, médicos, arquitectos, funcionarios, etc.)
5. El trabajo de mujeres y niños en la nueva sociedad industrial
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La abundancia de la mano de obra en las ciudades, producida por un nuevo modelo demográfico y por el éxodo rural, produce una rebaja en los salarios fabriles. Mujeres y niños de familias obreras se incorporan a las fábricas ante la amenaza del hambre. No era fácil, porque cobraban sueldos más bajos que los varones adultos (la mitad o menos) y se les acusaba de ser una mala competencia para los hombres, por lo que recibían el rechazo de los propios compañeros de trabajo.