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Ancla 5

Unidad 9:
Entreguerras I: crisis, relaciones internacionales y nuevos pactos

Trataremos de explicar cómo llegó la humanidad a la Segunda Guerra Mundial. Particularmente, después de haber sufrido una matanza horrenda como la acaecida entre 1914 y 1918. La responsabilidad -dejemos a otro el debate de culpas- recayó enteramente sobre Europa y también sobre un lejano islote de imitadores reticentes llamado Japón.

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Óscar Sáinz de la Maza: Breve historia de Entreguerras. (2015) 

Ancla 1

1. La situación al acabar la Gran Guerra

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1.1 La economía

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Europa ha quedado arrasada: han muerto 17 millones de personas (más otros 20 millones por la pandemia de gripe de 1918), la industria está casi destruida y los campos de cultivo, asolados. Algunos países recurren a la emisión descontrolada de papel moneda, lo que produce una gran inflación, y, en ocasiones, hiperinflación. 

Por otro lado, los países tenían que devolver préstamos de guerra, sobre todo a EE. UU., que era el gran acreedor de la época, pero estos países están en en bancarrota y tendrán que buscar nuevas fórmulas para satisfacer el pago de la deuda. 

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1.2 Reparaciones de guerra

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Alemania tenía que pagar una alta suma en reparaciones de guerra: 31 000 millones de euros al cambio actual, tanto a la población civil como a Francia e Inglaterra. Como no pudieron reunir tanto dinero, Francia ocupó entre 1923 y 1925 la cuenca del Rurh, la mayor zona industrial alemana. Entonces, la economía del país germano se desplomó y se procedió a devaluar el marco (la moneda alemana de entonces) y a emitir más billetes, con lo que se produjo la hiperinflación.

En esta situación, surge en Alemania un fuerte odio hacia Francia y un nacionalismo exacerbado que será el caldo de cultivo perfecto para el surgimiento del nazismo. Además, apareció la leyenda de "Dolchstoßlegende" (puñalada por la espalda) por la cual se acusaba a los judíos alemanes de haber hecho perder la guerra a Alemania por propiciar huelgas y conflictos obreros y haber dirigido partidos socialistas, así como de haber presionado para que el káiser abdicase. 

Franceses en el Ruhr.jpg

 Tropas francesas en el Ruhr 

Ancla 2

2. Relaciones Internacionales en Entreguerras

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2.1) 1919-1924: Hay una gran inestabilidad que se manifiesta en las tensiones francoalemanas (Ocupación del Rurh, 1923) y en que EE UU e Inglaterra no garantizan la seguridad de Francia. La tensión afecta a todos los países:

EE. UU. impone al resto de países disminuir el tamaño de su armada (Conferencia naval de Washington, 1921) para evitar la escalada hacia otro conflicto.

Alemania y la URSS, que unos por agresores y otros por comunistas han quedado marginados de los acuerdos internacionales, acercan sus posiciones con el Tratado de Rapallo (1922)

En Austria muchos desean la unificación con Alemania y empiezan a hablar de revisar las fronteras del nuevo mapa de Europa. Ante esta actitud, las nuevas naciones se echan a temblar, pues su situación es frágil. Checoslovaquia, Rumanía y Yugoslavia forman la Pequeña Entente para defenderse mutuamente en 1920. 

La Sociedad de Naciones es incapaz de resolver estos conflictos.

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2.2) 1924-1929: Prosperidad y los no tan felices años 20.

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Viendo que Alemania se hunde y nunca será capaz de pagar sus reparaciones (acabó de pagarlas en 2010) EE. UU. lanza el Plan Dawes (1924): el pago se fraccionaría y se ayudaría a Alemania mediante préstamos para que su industria se recupere y puedan generar empleo y riqueza. 

Poco a poco, la diplomacia da sus frutos: en 1925 se firman los Acuerdos de Locarno: Alemania aceptó sus fronteras occidentales, y aunque no aceptó las orientales, se comprometió a negociar antes de atacar. Gracias a esta actitud conciliadora, este país es aceptado como miembro de la Sociedad de Naciones. Además, Francia aceptó retirarse de la cuenca de Ruhr ese mismo año. Reino Unido, Francia y Alemania por fin parecen hacer las paces.

En 1928, se firma el Pacto de Briand-Kellogg entre todas las grandes potencias, que se comprometen a resolver los conflictos pacíficamente. Su antecedente nos es conocido: el Congreso de Viena, y su consecuente será el artículo 2.4 de la Carta de las Naciones Unidas

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2.3) 1929-1939: Camino de otra guerra.

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Entre 1929 y 1933, toda esta situación europea de concordia y fraternidad se torna en amenaza y reproche, y el Crack del 29 tiene bastante culpa de ello.

Alemania, con un 34% de paro, sigue siendo incapaz de pagar las reparaciones de guerra. En 1932, en la Conferencia de Lausana, se reúnen Francia, Reino Unido, Italia y Alemania y proponen a Estados Unidos condonar la deuda de Alemania a cambio de que ellos hagan lo mismo con la deuda europea, pero los estadounidenses se niegan. Ese mismo año, se reúne la Conferencia de Ginebra para estudiar el desarme de Alemania, tal y como se había acordado en Versalles, pero no hay acuerdo y para octubre de 1933, la nueva Alemania, liderada por Adolf Hitler afirma que no está dispuesta a desarmarse, sino todo lo contrario. En ese momento, abandona la Conferencia y la Sociedad de Naciones. Las actitudes hostiles han vuelto.

Por otra parte, en Asia, Japón, dentro de su programa imperialista de "espacio vital" invadió Manchuria en 1931 tras un atentado de bandera falsa (Incidente de Mukden) y los esfuerzos de la Sociedad de Naciones por hacer que se retirase fueron en vano. La Sociedad está en entredicho por su incapacidad de imponerse a los países agresores.

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Entre 1934 y 1935, vuelven a darse sistemas de alianzas, como ocurre siempre que hay un periodo de "paz armada", igual que pasó con los Sistemas Bismarckianos y los acuerdos anteriores a la Primera Guerra Mundial: el Frente de Stresa (Reino Unido, Italia y Francia), el Pacto Franco-Soviético o el Acuerdo Naval Anglo-Alemán, por el cual se permitía a Alemania -sin consultar a la Sociedad de Naciones- reconstruir su armada siempre que no superase al 35% de la británica.

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Entre 1935 y 1939 se producen los virajes en política exterior que llevan definitivamente a la Segunda Guerra Mundial.

   -En 1935, Italia, dentro del delirante sueño imperial de Mussolini y con ánimo de venganza tras aquella derrota en Adua en 1896, invadió Abisinia (hoy, Etiopía). Esta hostilidad fue mal vista por Reino Unido y Francia y la expulsaron del Frente de Stresa. Indirectamente, esto propicia que Italia, marginada por los grandes de Europa, se acerque a Alemnia, que se halla en situación parecida. Además, ambos países intervendrán en la Guerra Civil Española ayudando al bando sublevado.

   -En 1936, Hitler y Mussolini acercan posiciones. Nace el Eje Roma-Berlín. Sin esta ayuda italiana, Alemania hubiera tenido muy difícil emprender el Anschluss.

   -En marzo de 1938, Alemania se anexiona Austria (Anschluss) con apoyo italiano y con el visto bueno de un amplio número de austriacos. El resto de países observan con miedo.

   -En septiembre de 1938 se firman los Acuerdos de Múnich: Hitler reclama una zona del sur de Checoslovaquia (los Sudetes) alegando que hay mucha población alemana allí establecida y, por lo tanto, ese territorio debe pertenecerles. Se reúnen Reino Unido, Italia, Francia y Alemania. Hitler asegura que con los Sudetes terminarían sus aspiraciones expansionistas y Reino Unido y Francia, queriendo evitar el conflicto y en un acto vergonzoso, permiten a Hitler su invasión, que se llevará a cabo en octubre. Checoslovaquia nunca fue invitada a las reuniones de Múnich.

   -En mayo de 1939, Alemania e Italia firman un pacto de amistad y alianza conocido como el Pacto de Acero. Los bloques, una vez más, se van perfilando. 

   -En agosto de 1939, Stalin se da cuenta de que Reino Unido y Francia están dejando que Hitler haga lo que quiera hacia el este, es decir, se le están sacando de encima como pueden, pero esto provoca que Alemania se extienda hasta cerca de las fronteras soviéticas. Stalin entonces firma con Hitler el Pacto Ribbentrop-Mólotov, por el que ambas potencias se comprometen a no agredirse. El pacto contenía una cláusula secreta que preveía el reparto de Polonia entre soviéticos y alemanes.

   -El 1 de septiembre de 1939, Alemania invade la mitad de Polonia por el oeste y, en virtud del pacto anterior, la URSS hará lo mismo por el este el 17 del mismo mes. Pero el conflicto ya había estallado: el 3 de septiembre Francia e Inglaterra habían declarado la guerra a Alemania. La Segunda Guerra Mundial había empezado.

 Diplomáticos rusos y alemanes durante la   firma del Tratado de Rapallo (1922) 

 El Incidente de Mukden visto por Hergé (El loto azul, 1935): La Sociedad de Naciones acusa a Japón de invadir Manchuria con la excusa de un atentado de bandera falsa, el sabotaje de unas líneas ferroviarias en Manchuria construidas por una empresa japonesa, y el país nipón reacciona con indignación y la salida de la Sociedad. 

 Tratados de Locarno (1925) 

 El ataque japonés a Manchuria 

Ancla 3

3. La Gran Depresión y el Crac del 29

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3.1 La Crisis en EE. UU

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Para entender este punto, hay que entender previamente el estado de la economía europea antes y después de la Primera Guerra Mundial. 

Antes, Reino Unido y Francia eran los países económicamente más fuertes, pues exportaban mucho, aunque también tenían un gran volumen de importaciones, con lo que la economía se mantenía en movimiento. Después de la guerra, Francia y Reino Unido están arruinados y la fuerza económica se traslada a Estados Unidos. Este país es ahora el gran prestamista del mundo y además exporta mucho. Sin embargo, al ser un gran territorio con abundancia de recursos naturales, importa poco. Con lo cual, cada vez es más rico. Este panorama, que puede parecer paradisíaco, no lo es tanto, porque si un país es muy rico, pero los demás empobrecen, llegará un momento en que nadie compre nada al país rico. Esto le ocurrió a EE. UU.: los países europeos no podían ya comprarle productos ni pagarle la deuda. Fue entonces cuando se puso en marcha el antedicho Plan Dawes (1924): se dan préstamos a Alemania para que pueda reconstruir su industria y empezar a generar riqueza. Así también podría pagar las reparaciones de guerra a Francia y Reino Unido y estos, sus créditos a EE. UU. Se trata, en suma, de reactivar la economía mundial.

La idea parecía buena, pero en esto estalló la gran crisis de 1929. Esta tampoco llegó de repente, pues ya había claras señales de que la economía estadounidense no iba a crecer para siempre. De hecho, era una prosperidad ficticia por las siguientes razones:

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  • Agricultura: Durante la Primera Guerra Mundial, los agricultores norteamericanos abastecieron de alimentos a los países beligerantes, con lo que ganaron mucho dinero que invertían en comprar más tierras, pues siempre había demanda. Como parecía que esta tendencia nunca iba a acabar, los agricultores pidieron créditos a los bancos para comprar y cultivar todavía más tierras, pero en 1918 la guerra termina, y los países beligerantes vuelven a producir sus propios alimentos, con lo que en EE. UU. ahora hay exceso de producción agrícola que no se vende. Por consiguiente, los agricultores americanos empiezan a perder dinero y, además, no pueden pagar los créditos a los bancos y estos se quedan sus tierras. Pero el banco, cuando intente vender estas tierras, no encontrará compradores, porque como acabamos de decir los agricultores se están empobreciendo, con lo cual el banco tiene tierras, pero no dinero, y sin dinero no puede ofrecer créditos a otros sectores. El sistema financiero está ya debilitado desde principios de los años 20.

  • Industria: se produce mucho, pensando que siempre va a haber demanda, pero esta se detiene, sobre todo la que proviene del sector primario, pues los campesinos ya no compran tractores ni otra maquinaria. La sobreproducción causó acumulación de stock.

  • La especulación en la Bolsa de Nueva York (Wall Street): durante la guerra, el gobierno de EE. UU. había lanzado los famosos "bonos libertad" para financiar a su ejército (es decir, el ciudadano compraba uno de estos bonos, su dinero iba a parar al ejército, y, seis meses después, el gobierno le devolvía el dinero con intereses). Era la primera vez que los ciudadanos de a pie "invertían" su dinero en algo, pues, hasta entonces, la inversión era algo reservado a las clases pudientes. Cuando acabó la guerra, el banquero Charles Mitchell se dio cuenta de que podía aprovechar el tirón de los bonos libertad y ofreció a los ciudadanos invertir en otros productos que cotizaban en la bolsa de valores estadounidense, la famosa Bolsa de Wall Street en Nueva York. Con tanta gente comprando acciones, están subían muy rápido de precio, provocando grandes ganancias a los inversores. Era dinero rápido y fácil, por lo que el efecto reclamo tuvo mucho éxito.

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Pero las acciones suben de precio si las empresas obtienen beneficios, y ya hemos visto que tanto en el sector primario como en el secundario las compañías atravesaban dificultades. Solo era cuestión de tiempo que esos malos resultados repercutieran en Wall Street. El famoso Crac del 29 sucedió el 24 de octubre de 1929, pero los días anteriores y posteriores también son importantes, por lo que lo explicaremos en orden cronológico:

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  • 21 de octubre de 1929: en Wall Street, se empieza a correr la voz de que los beneficios de las empresas no van a ser altos. Algunos accionistas empiezan a vender rápidamente sus acciones. Estos se harán ricos, pues la tendencia es aún a comprar. 

  • 22 de octubre: hay cierto pánico. Se siguen vendiendo acciones y ya no se compran tantas, aunque, de momento, la mayoría no se alarma.

  • 24 de octubre: es el llamado Jueves Negro. El pánico se adueña de Wall Street y se venden millones de acciones. Los bancos inyectan dinero en las empresas para que las acciones suban artificialmente y contener la desbandada de accionistas.

  • 25 de octubre: el plan de los bancos parece funcionar, de momento. 

  • 28 y 29 de octubre: la caída es incontrolable. Los que pueden vender, venden, pero casi nadie compra. Los bancos ya no pueden hacer nada. 

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A continuación, se produce la típica reacción en cadena de las grandes crisis: la gente saca su dinero de los bancos y estos, que de por sí no pueden recuperar el dinero de los créditos que han dado ni lo que perdieron con las crisis agrícolas e industriales, tienen que cerrar ante la falta de liquidez. Hay millones de personas que han perdido todos sus ahorros.

Los bancos, sin dinero, ya no pueden dar créditos a las empresas, que, a su vez, no pueden invertir en maquinaría ni otros capitales y sus productos no se venden. Despiden a miles de empleados. Además, la crisis se retroalimenta, pues si la gente está sin trabajo, no compra, y si no compra, las empresas cierran y hay más paro todavía.

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Además, durante los años 30 se produjeron una serie de tormentas de arena que dañaron gravemente los campos de cultivo de las grandes llanuras americanas. Este periodo se conoce como el Dust Bowl y llevó a la miseria a miles de campesinos.

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3.2 La crisis en Europa

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La onda expansiva de la crisis estadounidense no tarda en llegar a Europa, pues esos créditos que estaban dando los bancos americanos para el desarrollo de los países empobrecidos tras la Primera Guerra Mundial -especialmente a Alemania- se cortan. El Plan Dawes queda paralizado. Se tomarán medidas de tres tipos:

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  • La austeridad: los estados reducen su gasto para no endeudarse, pero esto provoca que las empresas que trabajan para el estado no tengan trabajo y tengan que despedir trabajadores. 

  • Control de precios a base de tasas: los gobiernos suben los impuestos sobre el valor de los productos artificialmente. Eso quiere decir que todo es más caro, pero así las empresas seguirán teniendo beneficios y contratando gente. Esta medida da resultados dispares.

  • Keynesianismo: es el estado el que da trabajo a la población desempleada, especialmente en obras públicas. Esto implica subir los impuestos a la población con rentas más altas, que no aceptan de buena gana. También se devalúa la moneda para animar las exportaciones. Esta receta funcionó en EE. UU. (el New Deal de Roosevelt de los años 30) y Alemania, que por fin vio algo de recuperación, pero los nacionalismos en Europa se hicieron tan fuertes que los países se replegaron sobre sí mismos y no existió un proyecto de recuperación común. Así, la crisis tardó más en superarse. De solo mirar el beneficio propio, Europa caminó hacia la miseria colectiva. 

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3.3. La salida de la crisis

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Este sistema proteccionista se mantuvo hasta finales de la Segunda Guerra Mundial, cuando 44 naciones firmaron los Acuerdos de Bretton-Woods (1944), lo que suponía impulsar el libre mercado y el comercio global. También se acordó allí crear un Banco Mundial que pudiera dar créditos a bajo interés y un Fondo Monetario Internacional para que la política cambiaria sea sostenible y fomentar el comercio global. Básicamente, nuestro sistema económico actual procede de los Acuerdos de Bretton-Woods.

 Textos sobre el periodo de Entreguerras 

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 Esquema del Plan Dowes 

 El banquero Charles Mitchell 

 El Dust Bowl de los años 30 

 Acuerdos de Bretton-Woods, 1944 

 Guía breve de comentario de texto 

Ancla 4

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